Lo obvio
Cuando llueve pienso en agua, igual que cuando nieva pienso en algo blanco. Cuando aprieta el Sol pienso en hielo y cuando nace el día pienso en luz. De noche… oscuridad.
Todo es obvio en esta vida que construyo con ladrillos de piedra y armo con cemento oscuro y espeso. Todo es obvio cuando pienso en esperanza verde, gatos negros o rojo de fuego.
Avanzo por la izquierda, señalo con el índice y camino con paso vivo. Respiro profundamente, odio con inquina y abrazo con fuerza.
Todo es obvio en esta vida en la que creo en mí mismo y en la bondad de mis vecinos, en la que siento el apoyo de mi familia y la paciencia de mi pareja.
Huyo sin mirar atrás y golpeo con dureza. Hablo con reparos y prudencia y sonrío con la dulzura de una fuente cristalina. Nada en mí es especial, nada en ti es egoísta.
Resisto los deseos y amo a mis semejantes casi como a los animales a los que adoro por lo fieles que son. Sufro con las desgracias y aprovecho cuantas oportunidades se presten.
Todo es obvio cuando hablo y cuando pienso. Todo es obvio cuando miento para proteger lo que más quiero.
Sufro con los desplantes, me impaciento con las esperas, creo en todos los dioses y me desconcierto con los sinsentidos.
Disfruto con los perfumes que desprende la primavera, me encojo en el frío invierno y vuelo con cada largo verano.
Todo es obvio en esta vida mientras espero el momento de salir de ella, de morir de miedo, se temblar de pasión o de deseo.
Mientras eso sucede, mientras sueño con imposibles y reclamo los placeres que me han sido negados, viviré con lo obvio.
Después de todo, la hierba crece y el mar se mueve en su inmensa soledad.
Es obvio.
Víctor Panicello Monterde
De estas lecturas que quieres releer a medida que vas caminando la vida, porque sabes que es como la profundidad de los océanos si quisieras recorrer el mundo haciendo submarinismo.
Gracias Julia, apreciomucho tu comentario