Había una vez un hombre que estaba recorriendo un largo camino a través de las montañas cuando se encontró con un río. Ante tal obstáculo, y después de evaluar las diferentes posibilidades, decidió invertir un tiempo en hacer el esfuerzo de cortar unas ramas de árbol y construir una sencilla barca. Una vez construida cruzó con ella el río sin problema. Ya en la otra orilla se encontró con una disyuntiva: ¿qué debo hacer con la barca?
¿Qué haríais vosotros en su lugar? ¿Cargaríais con la barca por si vuelve a aparecer otro río (es relativamente ligera y se podría llevar encima, aunque no sin esfuerzo) o la abandonaríais para seguir vuestro camino sin esta sobrecarga?
La moraleja de esta historia nos quiere contar que lo mejor sería abandonar la barca:
¿Como sabes lo que te puede ofrecer el camino: una dura cuesta, un bosque frondoso y difícil de cruzar? ¿De verdad vale la pena ralentizar tanto tu ritmo y desgastarse con un sobrepeso que no sabes si podrás volver a aprovechar ?, y aún si volviera a aparecer otro río, ¿estás seguro de que te compensaría el esfuerzo realizado ante el que deberías hacer para volver a construir otra?
Dos de los grandes obstáculos que tenemos los seres humanos ante la carga de las barcas en la vida son:
1. El excesiva afección, aferrarse a nuestro éxitos, y
2. La preocupación por la incertidumbre del futuro.
Estos dos obstáculos combinados producen un peligroso cóctel que alimenta unos miedos que nos ralentizan, o incluso nos inmovilizan, para poder avanzar en la vida: miedo a perder lo conseguido y miedo de no poder abordar lo que nos depara el futuro.
Las dos miedos están ligadas a la inseguridad natural con la que deberemos vivir en algunos momentos de la vida. Lo importante ante ella es ser conscientes y decidirnos a enfrentarla de cara. La inseguridad es como un monstruo que quiere crecer en nuestro interior y su disminución o crecimiento dependerá de si la alimentamos o no.
Por tanto, no olvides estas dos reflexiones referidas a cada uno de los obstáculos que anteriormente os mencionaba:
1. No te dejes seducir por tus éxitos pasados. Un logro personal -como el haber sido capaz de construir una barca para superar un obstáculo- debe servir para ayudarte a mejorar tu valor personal y animarte a dar el próximo paso. Sin confianza personal y empuje para ir hacia adelante no es posible el éxito. El éxito del pasado debe ser un trampolín para el futuro.
2. La incertidumbre sobre el futuro forma parte de la vida. El futuro está en nuestras manos y aunque no se controla, se construye. Nueve de cada diez preocupaciones que tenemos ante un posible hecho, nunca suceden y, si suceden, son menos dramáticos de lo que habíamos imaginado.
Cargar con las barcas en nuestra vida por lo que pueda pasar no es práctico, sano ni inteligente.
¿De verdad merece la pena vivir siempre pensando en prever y querer controlar cada circunstancia negativa que pueda suceder? Yo creo que no!!!
Así que olvida el “por lo que pueda pasar” y vive “lo que deseas que pase”.
Feliz semana! 🙂
Gemma Segura Virella
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