Dos pececitos nadaban en el agua cuando se encontraron con un pez mayor que nadaba en dirección opuesta, que les saludó con la cabeza y les dijo:
Buenos días chicos, ¿cómo está el agua?
Los dos pececitos siguieron nadando durante un rato, hasta que uno de ellos miró al otro y le preguntó:
¿Qué diablos es el agua?
Esta breve historia pone de manifiesto que los hechos más obvios y fundamentales de la vida suelen ser los más difíciles de ver y expresar. No es novedad que parte de mi actividad profesional y personal está vinculada con la meditación. Y, para mi, la meditación tiene ciertas semejanzas con la jardinería y una de ellas es la importancia de la preparación.
El mayor error que cometen los jardineros principiantes es plantar las semillas sin haber preparado el terreno. Extraer piedras de los arriates antes de sembrar requiere un esfuerzo físico continuado. En paralelismo con la mente, descubrir los patrones mentales y conductuales que nos generan sufrimiento también precisa de un esfuerzo mental sostenido y modificarlos requiere aún mayor esfuerzo. Cambiar estos patrones exige un cambio en la visión de la vida y suele ser un proceso largo y abrupto. De todos modos, no hay razón para que nos desmoralicemos con ello, solo debemos recordar que resulta más beneficioso emprender este trabajo interior con suavidad y sentido del humor que con el equivalente mental del pico y la pala que utilizan los jardineros para sacar las piedras de la tierra.
Hay muchas cosas que desconocemos, muchas más de las que conocemos y es un alivio desprenderse del apego a nuestros puntos de vista y a nuestras opiniones, especialmente sobe aquello que no conocemos. Y así puede formarse un mantra en la mente: ¿Quién sabe? El no saber no tiene que ver con el desconcierto ni la confusión, consiste en mantener la apertura mental respecto a cuestiones fascinantes para las que no tenemos respuesta de momento. Y esto, lejos de ser un problema, constituye un soplo de aire fresco.
Ser conscientes implica tener presente qué es verdaderamente importante en las actividades diarias que llevamos a cabo en la vida. Es posible que la mayor parte del tiempo hayamos de recordárnoslo o incluso admitir que no tenemos ni idea de qué se trata, ya que fácilmente perdemos de vista la dirección y sentido de nuestra vida. Pero incluso en los peores momentos podemos dar un paso atrás y comenzar de nuevo, preguntándonos, como por vez primera con una mirada nueva: ¿Qué es verdaderamente importante aquí?
Cada experiencia es única y existen infinidad de causas y condiciones que dan lugar a cada momento. Incluso cuando nos esforzamos en contemplar una experiencia desde todos los ángulos, no es posible cubrirlas todas. Por mucho que nos esforcemos nuestro discernimiento siempre será incompleto. Nunca contaremos con toda la información ni conoceremos todas las causas que han dado lugar a una situación, ni siquiera podemos prever todas las consecuencias de nuestras acciones. Siempre existe un grado de incertidumbre en todo, pero una vez aceptado no debemos perder la confianza y lo mejor es atemperar las acciones con humildad y prudencia y, algunas veces, admitir que no tenemos respuesta y descubrir después que ahí está justamente la magia.
Como dijo F. Scott Fitzgerald: La prueba de una inteligencia superior reside en la habilidad de albergar dos ideas opuestas en la mente y mantener la capacidad de actuar.
Gemma Segura Virella
No sé, el tiempo total que dedicas a meditar tus escritos. Tienen que ser de horas, días y meses seguro. Lo que sí, es que me fascina leerte. Eres siempre un soplo de aire fresco al día a día cotidiano con tus sus adversidades y triunfos. Haces que el día sea mejor.
Amiga! Querida amiga! Siempre consigues conectarme con el más puro agradecimiento y con la admiración, admiración al amor que desprenden tus palabras y a la natural capacidad de reconocimiento que tienen siempre tus palabras y tus actos.
Gracias por estar Julia, gracias de todo corazón! Un fuerte abrazo!
Brillante!!!
Gracias Patrícia!
Un abrazo