La física cuántica concede a nuestra conciencia un papel decisivo en el proceso de crear y experimentar la realidad perceptiva. Dicha interpretación, que aún no es ampliamente aceptada, afirma que nuestra imagen de la realidad se basa en la información recibida por nuestra conciencia. Esto transforma la ciencia moderna en una ciencia subjetiva en la que la conciencia desempeña un rol fundamental.
¿Significa esto que la ciencia actual debe reconsiderar sus suposiciones acerca de la naturaleza de la realidad perceptible? La ciencia vigente, por lo común, parte de una realidad basada únicamente en fenómenos perceptibles. Sin embargo, al mismo tiempo podemos sentir, de modo intuitivo, que más allá de la percepción sensorial y objetiva, desempeñan un papel factores subjetivos como las emociones, la inspiración y la intuición.
Las técnicas científicas actuales son incapaces de cuantificar o demostrar el contenido de la conciencia. Pero también resulta imposible obtener la evidencia científica de que alguien se ha enamorado, o de que alguien está disfrutando de una ópera o de una escultura. ¿Significa que no existe el enamoramiento? Lo que sí pueden medirse son los cambios químicos, eléctricos o magnéticos en la actividad cerebral, pero el contenido de pensamientos, sentimientos y emociones, todavía no. Si no tuviéramos la experiencia directa de nuestra conciencia a través de nuestros sentimientos, emociones y pensamientos, no seríamos capaces de percibirla.
Por ello, deberíamos comprender que la imagen del mundo material que cada uno de nosotros tenemos únicamente se deriva de la percepción que de ella tenemos y se construye en base a esta. Todos nosotros creamos nuestra propia realidad en función de nuestra conciencia. Cuando nos enamoramos, el mundo es hermoso, mientras que cuando estamos deprimidos, ese mismo mundo es una pesadilla. En otras palabras, el mundo material no es más que una mera imagen fabricada en nuestra conciencia y preservamos así nuestra propia visión del mundo.
Todos hemos experimentado los cambios que se pueden generar con nuestra actitud, si sentimos que estamos esperando que algo suceda, si nos levantamos alegres y llenos de energía ¿el día transcurre mejor?, si nos consideramos únicos ¿nos suceden cosas únicas?, si mantenemos una rutina ¿esta se ve obligada a generarse?, si deseamos un cambio ¿el cambio se produce?
Estamos constantemente modificando nuestro ahora, nuestra realidad; estamos decidiendo y después de cada decisión se vuelve a abrir el abanico de otro número infinito de nuevas decisiones, lo hacemos de forma constante sin ser conscientes.
Seguro que alguna vez has pensado ¿qué hubiera ocurrido si en lugar de tomar la decisión que he tomado hubiera tomado otra? Probablemente se hubiera modificado todo y no seríamos capaces de analizar las consecuencias de “la otra decisión”. El resultado podría haber sido completamente aleatorio e indeterminado. Pero, al menos de momento y en nuestro actual estado de conciencia, no se puede actuar sobre el pasado.
¿Qué ocurre cuando nos aferramos a situaciones y nos introducimos en un bucle que detestamos y del que no queremos o no sabemos salir? Las opciones las tenemos en nuestras manos, solo debemos decidir y aprender sobre nuestras infinitas posibilidades. El Dr. Dispenza lo compara con un río y sus dos orillas, tenemos absoluto poder de decisión sobre la orilla en la que deseamos estar, nos podemos ver en la cotidiana, en esa que nos abruma y no deseamos o en la que nos da todas las posibilidades para nuestra felicidad, solo hay que cruzar, ignorar el miedo y probar, dejando atrás lo que no nos gusta e intentar observar nuestra existencia de no haber cruzado el río, dejando atrás los miedos y viviendo otra realidad. La transformación es posible y nuestras opciones infinitas.
Personalmente me gustaría que existiera un botón cuántico para pulsarlo y que todo se transformara. Pero ¿y si resulta que, sin ser conscientes de que ese botón existe, todos nacemos con él incorporado y lo único que tenemos que hacer es utilizarlo? Quizá el Dr. Bruce Lipton, Lynne McTaggart o el Dr. Amit Goswami nos pueden dar pistas sobre cómo localizarlo y cómo funciona.
Personas que, a través de sus experiencias y de sus investigaciones, nos ayudan a dar el siguiente paso enseñándonos cómo actuar sobre nuestra realidad.
Pero al final, la decisión es nuestra. La decisión es tuya ¡y solo tuya!
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