El Elemento, un excelente libro escrito por Sir Ken Robbinson, explica que necesitamos ser quien realmente somos y darnos la oportunidad de desarrollar nuestra pasión sin miedo, sintiendo la emoción de crear.
Según Robinson, el Elemento es ese espacio secreto donde convergen las cosas que nos apasiona hacer con las cosas que se nos da especialmente bien hacer. El elemento tiene dos características y dos condiciones. La capacidad y la vocación son las características, y la actitud y la oportunidad las condiciones. Tenemos unas características que nos definen y unas condiciones que hay que potenciar.
Para llevar a la práctica y conseguir encontrar ese espacio, existe una secuencia que nos lo permite conseguir: lo Entiendo; me Encanta; lo Quiero y ¿Dónde está?
- Lo entiendo es la capacidad. La facilidad para hacer una cosa, la percepción intuitiva o comprensión de qué es esa cosa, cómo funciona y cómo se utiliza. Es el hecho de encontrar y desarrollar nuestras fuerzas creativas y llegar a ser quien realmente somos.
- Me encanta es la vocación. No es solo un tema de capacidad natura. Para estar en el Elemento necesitamos apasionarnos, encontrar placer en lo que hacemos y decir “me encanta, no puedo imaginarme haciendo otra cosa diferente”.
- Lo quiero es la actitud. La perspectiva personal que tenemos de nosotros mismos y de nuestras circunstancias, en ángulo desde donde miramos las cosas, nuestra disposición. Es el punto de vista emocional. El éxito obtenido (o que queremos obtener, o que vamos a obtener como resultado) comparte actitudes como la perseverancia, la confianza en uno mismo, el optimismo, la ambición y el entusiasmo.
- ¿Dónde está? es la oportunidad. Si no se dan las oportunidades necesarias es posible que nunca conozcamos nuestras aptitudes y hasta dónde nos pueden llevar. Todo depende de las oportunidades que se nos presenten, de las que seamos capaces de crear y de si sabremos aprovecharlas.
De igual forma que es imprescindible y recomendable encontrar nuestro elemento, ese espacio donde de verdad seremos nosotros mismos, es necesario que nuestro proyecto, nuestra idea innovadora o nuestra empresa encuentre su Elemento. ¿Cómo? Pues creo que nos puede servir el mismo ejemplo: atendiendo a las capacidades, descubriendo la pasión, disponiendo la actitud de acción y creando o aprovechando las oportunidades.
Pensemos en la siguiente pregunta ¿si pudiéramos hacer aquello que de verdad deseamos hacer, qué nos gustaría estar haciendo? Esa es la pregunta que cualquier persona debería saber responder.
Cuando estás en tu Elemento es cuando realmente eres consciente de aquello que te apasiona y te llena de energía. Donde eres, más que en ningún otro lugar, tú mismo. Por ello cuando estás ahí tienes más capacidad de decisión, de acción y de conexión con el resto del mundo.
El concepto de “Elemento” además es amplio y cada persona debe encontrar su propia definición para experimentarlo en libertad y desde la autenticidad. Porque nada ni nadie tiene derecho a decirte qué y qué no puedes ser o hacer.
Finalmente, si descubrimos nuestro Elemento y animamos a otros a que encuentre el suyo, las oportunidades para el crecimiento personal y colectivo serán infinitas. Por si os ayuda, yo encontré el mío 😉
¿Te atreves a descubrir el tuyo?
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